viernes, 8 de junio de 2012

INFIERNO DE DANTE: OCTAVO CIRCULO
FOSAS 01 AL 05

El octavo círculo del infierno castiga a los fraudulentos. Puesto que el fraude es una maldad propia del hombre (Dios estallo en colera violenta contra Satanas y sus demonios, pero jamás incurrió en la mentira) el tormento reservado para sus infractores es mucho mayor que el de los violentos. De esta manera, un pastor que engaña a la gente para quedarse con los diezmos es peor que un asesino en serie responsable de la muerte de 60 menores.
Como sea, la estructura de los tres últimos círculos del infierno es diferente a la del resto del infierno. Hasta el momento la idea general del infierno era la de un cono invertido que va descendiendo en espiral a través de los círculos de la incontinencia, ingresa a Dite y llega hasta la violencia. Sin embargo, al llegar a este punto la situación cambia. A partir de aquí la espiral se corta y para descender a las Malebolge (que es como se denomina a las distintas fosas donde se castiga la mentira) es preciso que Virgilio invoque a Gerión, guardián del círculo y símbolo del fraude. Además el Cocito donde se castiga la traición da la imagen de ser una especie de palacio para Lucifer (aunque obviamente, por sus pecados el ha de experimentar tormento como cualquier otro condenado) y en este punto las Malebolge del fraude componen una especie  de fosas alrededor de un castillo donde los gigantes son las torres defensivas.



En general las Malebolge no tienen un orden específico, aquí, también a diferencia del resto del infierno, los pecados no estan graduados según su gravedad; cada foso encierra a un tipo de pecador distinto pero que al final de cuentas cometió la misma culpa: engañar.
Los primeros con los que Dante se encuentra son aquellos que se valen del sexo y la sensualidad para lograr el fraude y engañar. Son los seductores que atraen hacia su persona a sus victimas y los Proxenetas que las atraen hacia otra persona y fuerzan a esta última a cometer el fraude (obviamente no se hace alusión aquí al proxeneta común que tiene prostitutas que ven esta actividad como profesión, sino a aquellos que fuerzan relaciones amorosas ficticias, practicamente auspician la seduccion de una persona para obtener un beneficio). Ellos son obligados a caminar eternamente en filas separadas pero paralelas, desnudos y sin descanso, puesto que al primer intento de reposo, los demonios custodios del círculo los azotan con crueldad.






La siguiente fosa alberga a aquellos que utilizaron las palabras adornadas y en general las mentiras para alagar la vanidad de una persona y de esa forma obtener ventajas de ella: son los lisonjeros. Ahora deben pasar el resto de la eternidad en un tormento que compite con el de los glotones en repugnancia, y se lo lleva de encuentro. Ellos están sumergidos en ua fosa de estiercol humano, con el que se atragantan y ahogan. Este tormento, es probablemente uno de los pocos en los que no existe el sufrimiento físico de ninguna manera, aunque creo que ninguno de sus inquilinos pueda dejar de vomitar por un segundo; aunque el ser humano se adapta todo... como sea, y a modo de dato adicional, cabe resaltar la versión del libro de Niven y Pournerelle Inferno en la que, si la fosa está llena de mierda es porque los condenados la excretan no solo por el culo, sino también por la boca, que para ellos se ha convertido en un segundo ano.






Acto seguido, Dante visita la fosa de los simonioacos. En ella yacen enterrados cabeza abajo todos aquellos quienes utilizaron una envestidura sagrada o el nombre de algún dios, para obtener beneficio; sus piernas son la única parte de su cuerpo que sobresale y ellas arden con fuego de modo que el condenado se asfixia y se quema al mismo tiempo. Aquí el personaje se encuentra con al fosa de los papas, en la que cada uno se hunde luego de que su sucesor llega.





La fosa más proxima la habitan los adivinos, aquellos que utilizaron el misticismo, propio del hombre y lo desconocido para de esa manera engañar y cometer fraude. Como ellos pretendieron ver más allá del presente, ahora se ven forzados a caminar hacia atrás, puesto que sus cabezas han sido torcidas de manera tal que su barba recae sobre sus espaldas y llevan el cuerpo torcido.






La fosa que sigue es la de los barateros. Ellos que aprovecharon del poder y la política para de esa manera obtener beneficio, están obligados a permanecer completamente sumergidos en un aceite hirviente. Aquellos que osan asomar alguna parte de su cuerpo, por pequeña que esta sea, se exponen a ser capturados por las legiones de demonios que vigilan la pez y que, de agarrarlos, los torturan y descuartizaran lentamente, asegurandose de causarles el mayor dolor posible. Es aqui donde la comedia empieza a parecer una, Dante no es muy bien recibido por los demonios; al final aceptan guiarlos a través de la fosa, pero en el camino se encuentran con un infractor que se toma un respiro del tormento. Ellos lo capturan  y lo van a torturar, pero Dante se interpone intentando conocer más de este desafortunado. Él condenado Ciampolo de Navarra le sigue el juego, buscando su oportunidad y al final encunetra el modo de escapar de los demonios y volver a la protección del aceite hirviendo (vaya consuelo) lo que le trae no pocos problemas a Dante.














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